Irán | Embarazada va a prisión por 16 años, y luego será marginada socialmente por ser cristiana

En Irán, país de mayoría musulmana, se han suscitado casos de redadas y arrestos a cristianos. Con datos de Middle East Concern, se sabe que en noviembre de 2024 las autoridades arrestaron al menos a 13 cristianos de habla farsi tras la participación en cultos organizados en casa, entre ellos Narges Nasri, Mehran Shamloui y Abbas Soori.

Narges Nasri, una mujer de 37 años convertida del islam fue trasladada a la prisión de Evin para ser interrogada y el 2 de diciembre salió temporalmente bajo fianza.

Shamloui, quien tiene 37 años, fue privado de su libertad y salió temporalmente bajo fianza de $2.750 dólares pero con limitados derechos sociales. La condena impuesta fue de 10 años y ocho meses, por “organizar actividades de propaganda en contra del islam y por ser parte de un grupo de oposición al Estado”.

El 8 de marzo, los cristianos recibieron la sentencia final con la condena

Nasri, quien se encuentra embarazada, recibió la sentencia de prisión de 16 años en Evin por hacer propaganda contra la religión oficial, participar en organizaciones contrarias al Estado y por divulgar material opuesto al régimen, sin mencionar que tras ser liberada por dos años no podrá viajar fuera de Irán, ni residir en Teherán y alrededores, asimismo en 15 años no podrá unirse a grupos sociales.

Por otro lado, Abbas Soori de 48 años, recibió una pena de 15 años en prisión por hacer propaganda contra los principios islámicos, aunado a participar en actividades que contradicen las leyes impuestas en Irán. Soori ya había sido arrestado en 2020 por tomar acción en actividades junto a otros cristianos; pero ahora se enfrenta por primera vez a la privación de la libertad. Al igual que Narges, fue condenado a años de marginación social y no podrá residir en Teherán y las zonas circundantes.

Mehran fue condenado a 10 años en la cárcel. Apeló ante las autoridades, pero en abril de 2025 su solicitud fue rechazada. Al verse atrapado escapó del país para intentar llegar al continente europeo. Inicialmente se refugió en Turquía, donde permaneció hasta el 3 julio cuando fue arrestado y deportado.

En agosto lo trasladaron a Evin, lugar destinado a los defensores de derechos humanos, opositores al gobierno, presos políticos y cristianos. La prisión es conocida como uno de los centros de detención más crueles y precarios, ya que ahí se ejerce violencia física y psicológica contra los encarcelados, aunado a la falta de alimentos y abusos sexuales. En el caso de las mujeres, se les practican exámenes ginecológicos sin su consentimiento.

A principios de septiembre, Mehran pidió un nuevo juicio pero la Corte Suprema de Irán rechazó la solicitud de forma concluyente negándole este derecho.

La persecución se ha intensificado en Irán, incluso en junio 43 creyentes fueron detenidos a lo largo de la nación por posesión de Biblias, con el argumento de ser cómplices de Israel o Estados Unidos, o de simpatizar con los países citados.

La represión en Irán es extrema al grado de que simplemente compartir contenido religioso en redes sociales ya es un riesgo, así como orar, bautizar o poseer las Sagradas Escrituras.