Las iglesias y comunidades menonitas del Paraguay se unieron a la celebración global de sus 500 años de existencia, en el origen del movimiento anabautista-menonita, una rama del cristianismo protestante que comenzó en 1525.
Con este motivo la Iglesia Concordia de Asunción ha sido la sede del simposio y culto especial para conmemorar los 500 años del anabautismo, que se celebró con actos abiertos al público los días 10 y 11 de octubre.
Participaron todas las agrupaciones menonitas del Paraguay, juntamente con numerosos invitados. Es de destacar la asistencia del secretario ejecutivo del Congreso Mundial Menonita, César García, que destacó la importancias especial e internacional a estas jornadas en las que “se desarrollaron ponencias, espacios de reflexión y diálogos enriquecedores”, informó el pastor de la iglesia Víctor Wall.
El evento tuvo como disertantes, además de los mencionados César García y Víctor Wall, a Darío Ramírez, Dieter Giesbtech, Werner Franz y el magíster Rogelio Duarte.
Los pastores Víctor Wall y Darío Ramírez reflexionaron sobre que “El Paraguay nos ofreció un santuario, no un imperio económico. Nuestros ancestros vinieron con nada más que sus Biblias, sus herramientas de trabajo y su fe profunda en que este era el lugar al que Dios los había guiado. La prosperidad económica que hemos logrado es entendida como un subproducto de nuestro trabajo diligente y nuestra obediencia a los principios de la unidad, la cooperación y la sencillez, no como un fin en sí mismo. Este aniversario es un recordatorio de que nuestra verdadera riqueza no está en nuestros campos ni en nuestras fábricas, sino en nuestra comunión con Dios y en el apoyo mutuo”, agrega el representante.
Durante la noche del sábado se celebró un culto unido de carácter multiétnico, en el que se reunieron menonitas de diversas comunidades de origen inmigrante, latino e indígena en un gesto de unidad y diversidad.
Los menonitas tienen sus raíces en la Reforma Radical de Zúrich, Suiza, alrededor del año 1525. Este movimiento nació de una convicción simple pero revolucionaria: que la fe en Jesucristo se basa en una decisión personal y consciente y se hace visible en una vida trasformada.
Sus fundadores, a menudo perseguidos por sus creencias, practicaron el bautismo de adultos, el seguimiento radical de Jesucristo en sus vidas diarias, el pacifismo, y una vida de simplicidad. A través de los siglos, su compromiso con la libertad religiosa impulsó múltiples migraciones, motivados por el deseo de continuar y profundizar sus convicciones espirituales, forma de vida y su relación con Dios.
La llegada de los menonitas al Paraguay en la década de 1920 fue una culminación de estas migraciones. Las primeras familias que se asentaron en el Chaco buscaban un refugio donde pudieran practicar y vivir libremente su fe. El Chaco Paraguayo se convirtió para ellos en un lugar, donde desarrollaron su economía y sus creencias.
“Las primeras familias que se asentaron en el inhóspito Chaco buscaban un refugio donde pudieran practicar y vivir libremente su fe. La lucha por sobrevivir en ese entorno extremo fue una gigantesca prueba de su fe y perseverancia. El Chaco paraguayo se convirtió para ellos en un lugar, donde su dependencia de Dios y de la comunidad fueron probados y se hicieron más fuertes”, indicaron en un texto alusivo a la conmemoración.
Al analizar la actualidad menonita en el país, Víctor Wall recordó que “en primer lugar ya no es una comunidad solo inmigrante y es bastante diversa en extensión, hay gente latina e indígenas. Más allá de esto, las inmigrantes están todavía con su propia cultura e instituciones y a la vez integrándose en las áreas económicas y sociales en un proceso de transición muy interesante”, apuntó.
“Se está paraguayizando, no es que queramos dejar nuestros valores tradicionales, pero nos consideramos paraguayos también por nuestra ciudadanía, pero hay diversos niveles de integración, unas avanzadas y otras cautelosas. Algunos grupos que mantienen un sentido muy fuerte de guardar tradiciones y otras están abiertos sin perder valores esenciales”, describió.
El enfoque de los menonitas de Paraguay en una vida basada en su fe en Jesucristo que se manifiesta a través de la diaconía, la práctica del “servicio desinteresado”, definieron.
“Lejos de ser una comunidad aislada, los menonitas han invertido consistente y generosamente en el bienestar de la sociedad paraguaya, especialmente en los sectores más vulnerables. Por esto, para ellos los hospitales no son solo centros de salud; son extensiones de su llamado a cuidar en forma integral a los enfermos. Las instituciones educativas no solo instruyen académicamente; son expresiones de su llamado a fomentar el crecimiento integral personal y comunitario”, apuntaron.
“La convivencia con las comunidades indígenas del Chaco es otra manifestación de su compromiso con la paz y el servicio. A través de la evangelización y fundación de iglesias y de desarrollo agropecuario, educación y salud, la colaboración entre menonitas inmigrantes e indígenas edifica puentes de entendimiento, cooperación y respeto mutuo que están enraizados en la convicción de que todas las personas deben ser tratadas con dignidad y respeto. Esta colaboración es un reflejo de su compromiso con la no violencia y la resolución pacífica de conflictos, principios fundamentales de su fe en Jesucristo”, concluyeron.
Los pastores Víctor Wall y Darío Ramírez apuntaron que “esta conmemoración será una oportunidad para que el Paraguay y el mundo entiendan y aprecien cómo la historia de los menonitas es un testimonio del poder de la fe en Jesucristo para superar adversidades. Al mismo tiempo, es un ejemplo de cómo las comunidades pueden florecer cuando priorizan y promueven los valores arraigados en el evangelio de Jesucristo en todas las áreas de la vida”.
Las iglesias y comunidades menonitas del Paraguay se unen así a la celebración global del quincuagésimo centenario de los orígenes del movimiento anabautista-menonita, una tradición cristiana que se inició en el año 1525. Wall recordó que este aniversario especial “lo estamos celebrando en todo el mundo, tuvimos un gran encuentro en Suiza en mayo y así seguirá siendo”.
“En el siglo XVI todo el tema de la libertad de conciencia, la libertad religiosa y las decisiones personales estaban prohibidas y hubo persecución por la postura firme en la defensa de estos valores”, historió Wall.
Comentarios