La Inteligencia Artificial (IA) no es solo el fenómeno social de nuestros tiempos, sino un nuevo paradigma al que debe enfrentar el mundo de la post verdad, de la relativización de las cosas (aún de las más profundas, como las convicciones éticas o morales e incluso la espiritualidad).

Este lunes 29 de septiembre se realizó en el Foro Iberoamericano de Políticos Cristianos un primer debate sobre “La perspectiva cristiana de la Inteligencia Artificial” con expertos en ciber seguridad, quienes ya trabajan en legislación al respecto y por supuesto desde una perspectiva cristiana y bíblica. Habrá un segundo debate el 27 de octubre.

El encuentro estuvo organizado por la Unión Iberoamericana de Políticos Cristianos (UIPC) y el Congreso Iberoamericano por la Vida y la Familia (C.IberVF) bajo inscripción previa llegándose a cubrir el aforo.

Pablo Hulet introdujo el encuentro con los enormes desafíos de todo tipo que se presentan, así como las grandes expectativas que levanta. Álvaro Dastugue presidente de la UIPC añadió la importancia de estos Foros, y en concreto de la realidad de la IA “que abarca todos los ámbitos de la vida” y que tiene peligros pero a la vez nuevos horizontes.

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Políticos Cristianos abordan la Inteligencia Artificial ‘sin demonizar ni trivializar’Una primera intervención estuvo a cargo de Aarón Lara, periodista, fundador de Iniciativa Ciudadana y del C.IberVF. Realizó un análisis desde la perspectiva cristiana de la IA, en el que dijo que “hay que tomar una perspectiva bíblica sin demonizar ni trivializar”.

Recordó que en las revoluciones industriales las innovaciones tecnológicas fueron vistas siempre como un peligro, y que originaron grandes cambios con sus ventajas e inconvenientes (el capitalismo moderno). Las máquinas de vapor, la electricidad, el automóvil, la computacional-electrónica y sobre todo el internet han sido parte de estas revoluciones que han precedido a esta cuarta revolución actual de la IA en la que “a diferencia de las anteriores no se automatiza la producción sino la digitalización de los procesos”.

Estas revoluciones industriales, recordó, acarrearon el desarrollo de ideologías surgiendo primero el progresismo, y luego el postmodernismo después que ha llevado en la actualidad a la deriva filosófica del relativismo absoluto.

La IA no es autónoma, no tiene emociones ni valores, tampoco sensibilidad. Y sin embargo afecta todos estos aspectos de la vida humana pudiendo llegar en teoría a superar la inteligencia del ser humano”. Sus riesgos son evidentes, “ha resultado más que sorprendente que personalidades como Elon Musk o Steve Wozniak, entre varios otros notables expertos, solicitarán una pausa de seis meses para los experimentos con la IA por la preocupación que genera el desarrollo de sistemas con inteligencia humana competitiva y la IA. Esta carta solicitud fue hecha en 2023.”!

La IA se clasifica en tres variantes progresivas, explicó. Las dos primeras ya existen: la IA Estrecha o Limitada que analiza datos y hace funciones controladas por el ser humano; y la IA General que toma decisiones y está a la altura del ser humano. Y la tercera está en camino, es la llamada SIA (Super Inteligencia Artificial), aún en estado de ciencia ficción, pero que se ve posible y supera a los seres humanos, pudiendo tomar el control de su propio desarrollo.

Ante este panorama, Lara opinó que se suma el factor de lo impredecible, en lo que se incluye los problemas del hackeo, la pérdida de empleos, el uso para conductas inmorales o ilegales y el control de la sociedad y las personas.

Pero en la perspectiva cristiana, finalizó, “Dios está en control, es el soberano y Señor de la Historia. El destino de la humanidad está en sus manos, no en las de la IA. La IA es una herramienta que podemos y debemos controlar y prevenir sus riesgos”.

 

El segundo ponente fue el diputado uruguayo Rodrigo Goñi, abogado y diputado desde 2015 por el Partido Nacional. Es miembro de la Comisión de Futuros del Parlamento. Miembro de la Comisión de Ciencia, Innovación y Tecnología, y de la Comisión de Educación y Cultura. Es presidente del Comité Organizador de la Cumbre Mundial Parlamentaria de Futuros, recientemente celebrada en Montevideo sobre «La Democracia del Futuro en el contexto evolutivo de la Inteligencia Artificial».

Goñi habló de su experiencia legislativa que existe un enorme e imparable potencial de la IA que resuelve problemas hasta ahora irresolubles (sanitarios de diagnóstico, investigación, tratamientos), pero a la vez logra un control de nuestras vidas inimaginable (gustos, decisiones, trabajos) y que puede llegar a limitar nuestra libertad.

“Y avanza tan deprisa que no sabemos, ni controlamos, hacia dónde vamos y esto genera una cultura de la inmediatez que genera incertidumbre personal y política ante la incapacidad de adaptarnos a la realidad”.

Por eso aparecen y son necesarias “Comisiones de Futuro” como las que se han creado en Uruguay, para “poder entender mejor qué pasa de forma anticipatoria, y así actuar en el hoy para un mejor mañana.  Pero hay que actuar desde la confianza y la inteligencia, no desde el temor y la improvisación”. Algo básico en su experiencia es conseguir introducir la ética en el uso y la regulación de la IA.

 

El tercer ponente fue Edgar Vázquez, especialista en Transformación Digital y Seguridad Informática, con más de 30 años de trayectoria en la protección de infraestructura crítica, operaciones cibernéticas y seguridad gubernamental. Su experiencia se centra en el blindaje digital de organismos estratégicos, integrando inteligencia artificial, ciberdefensa avanzada y automatización inteligente para mitigar amenazas emergentes. Es reconocido por impulsar proyectos de modernización tecnológica que combinan innovación, resiliencia y análisis predictivo, orientados a fortalecer la seguridad nacional y la confianza digital.

Su formación académica incluye estudios de doctorado en Estudios Interdisciplinarios en la Universidad Anáhuac, con una investigación centrada en la Teoría de las Organizaciones y el impacto de la Inteligencia Artificial en la transformación de estructuras gubernamentales y seguridad nacional.

Habló de “La Inteligencia Artificial y sus riesgos”, recordando que se han abierto ventanas a ataques cibernéticos de todo tipo (hackers, virus, troyanos, phishing, suplementación biométrica -huellas digitales, retinas, cara-). El deepfake suplanta tu voz, tu cara, tu cuerpo. Robos, ciberacoso y bullying. La industria, los mecanismos electorales, la electricidad, todo es atacable. Sin olvidar el cibercrimen, que se centra en nuestros datos, y que puede ocurrir por ejemplo al conectarse a internet en la calle. Sin olvidar que las relaciones personales se deshumanizan cuando se ciñen sólo a lo virtual y en esto la IA ofrecerá un verdadero parque temático.

Una cuestión que presentó y que a menudo se olvida es que la IA necesita cada vez más energía y no es infinita, existe un embudo de recursos para crear y aportar energía eléctrica”.

Otro punto: ¿quién controla la IA? Ya existen y se potenciarán cada vez más campañas de desinformación y desvío de tendencias, publicidad engañosa, teorías conspiranoicas, manipulación de votaciones electrónicas y de las democracias, riesgo de pérdida de libertad individual (robo de identidad).

Todo esto llevará al riesgo de que se utilice la IA para lograr cambios sociales: es la llamada teoría de las organizaciones (empleos, funciones), si no se cambia para incorporarse a la nueva corriente te quedas fuera.

A pesar de todo ello, concluyó, “la IA no es buena ni mala, es solo una herramienta. La parte humana será siempre insustituible para bien o para mal. Lo urgente es generar una cultura de seguridad informática. Saber los peligros y cómo prevenirlos. También las instituciones y empresas. El reto es muy alto y se debe buscar el nivel más alto”.

Publicado en: EVANGÉLICO DIGITALLATINOAMÉRICA
– Políticos Cristianos abordan la Inteligencia Artificial ‘sin demonizar ni trivializar’



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